El Gobierno quiere profanar hasta la capilla del santísimo del Valle de los caídos.

Algún obispo dijo que se respetaría todo lo sagrado pero lo cierto es que buscan desacralizar hasta el último rincón.

El Vaticano y la Conferencia Episcopal deben actuar o serán cómplices.

ROSARIO DESDE EL VALLE DE LOS CAÍDOS

PEDIMOS A LA VIRGEN MARÍA QUE PROTEJA EL VALLE DE TODOS SUS ENEMIGOS QUE SON MUCHOS Y PODEROSOS.

¡Basta de silencios, gritad con cien mil lenguas, porque, por haber callado, el mundo está podrido! Palabras de Santa Catalina de Siena.

Hemos normalizado que se blasfeme contra Dios, que se derriben cruces, que se persiga a la gente que reza en los abortorios…

No podemos mirar a otro lado, No van a parar hasta ver todo templo profanado y cristiano perseguido.

Lo que ocurre en el Valle de los Caídos es la llave que, una vez que entre, van a acabar con todas nuestras iglesias. Esto es solamente el comienzo.

Loa laicos no podemos estar solos, Necesitamos la guía de nuestros pastores. Nos dirigimos a ustedes: no se puede vender a nadie por 30 monedas de plata. Necesitamos pastores valientes que defiendan nuestros símbolos cristianos.

El santo Rosario completo:

https://www.infocatolica.com/blog/cartadirector.php/2503301230-el-rosario-de-ferraz-se-trasl

500 DÍAS DEL ROSARIO EN FERRAZ

UN TESTIMONIO DE FE, RESISTENCIA Y AMOR POR ESPAÑA.

25 de marzo de 2025. Día de la Anunciación a nuestra santísima Madre.

A continuación, el texto íntegro.

¡Feliz martes a todos! ¿Quién nos pudo decir una fría tarde de noviembre de 2023 que 500 días después seguiríamos todos nosotros rezando el Santo Rosario en Ferraz? Mucho ha pasado desde entonces. Algunos seguís aquí desde el primer día, unos cuantos se han ido y otros se han ido sumando con el paso de los meses.

Me acuerdo perfectamente de ese 12 de noviembre de 2023. Mi vida era muy diferente. Estaba en casa de unas amigas y me llegó un mensaje por Twitter. Decia: “hemos pensado rezar un Rosario a las 19:30. ¿Te apuntas”. No pude decir que no. Entré en el grupo de whatsapp y fui el último en llegar. Había otros cinco jóvenes.

Eran las 18:30 y estaba nervioso, no os lo puedo negar. Por un momento se me había olvidado rezar el Ave María y el Padre Nuestro. Hay algún vídeo del primer día en el que se me ve mirando el móvil rezando un Padre Nuestro. ¡Madre mía!

Sin embargo, no pude decir que no. Hay llamadas, que una vez que llegan, solo vale un sí. No hay un motivo humano, simplemente te entregas. De nada valía protestar y decir que nunca se hacía nada, por redes sociales, si luego a la hora de la verdad te echabas para atrás. Me jugaba mucho, pero uno nunca puede decir que no a la Virgen.

El Rosario de Ferraz nació en un contexto complicado. Fruto de una protesta en la que incluso muchos de los que estaban en esos momentos por esta zona nos gritaban que nos fuéramos. “Iros dentro del templo” y alguna cosa más fuerte que no voy a reproducir.

Pero nos dio igual. Nosotros amamos a España. La queremos desde un sentido fecundo. Y por ello sabemos que España no se entiende sin la Cruz, que España es Tierra de María. Sabemos que de nada vale llevar una bandera de España en la muñeca, llamarnos patriotas o “gritar viva España” si renegamos de nuestra razón de ser o hacemos como si esas raíces no existen o las hacemos descafeinadas.

España no es un solo un territorio. Nuestra patria es principalmente una misión. Una misión que comenzó junto al río Ebro en la primera aparición mariana de la Historia o en el tercer concilio de Toledo. Una unidad de destino en lo Universal.

España esta intrínsecamente ligada a la Fe católica. Lo vimos con los visigodos, durante la Reconquista, con los Reyes Católicos, en Lepanto, en el Concilio de Trento y en todos aquellos momentos más decisivos de nuestra historia. Siempre que España ha estado en una grave crisis existencial, la Cruz y la Fe católica han estado perseguidas. Pero también en los momentos de grandeza y esplendor de nuestra patria, Dios y su Purísima Madre han estado en el centro. Siempre.

La situación que vivimos es muy complicada. Estamos ante una situación límite. Algunos pensadores han advertido que es la primera vez en la historia que se intenta construir una civilización al margen de la religión. Nuestras sociedades opulentas, hedonistas y relativistas nos han abocado al peor de los escenarios: al nihilismo. Es decir, al vacío, a la nada más absoluta. Una ausencia que esta sociedad del espectáculo nos trata de llenar con ruido, con la promesa del becerro del oro, con toda clase de drogas o con la liberación sexual más abyecta.

El cristianismo, la Fe verdadera, está siendo fuertemente atacado. Desde unos textos que dicen que España es aconfesional, cuando en verdad lo que pretenden hacer es de nuestra patria un lugar ateo y anticristiano, a unas plutocracias que han olvidado gobernar para el bien común. Desde los centros de poder se legisla contra el derecho natural y la ley de Dios. Aborto, eutanasia, ideología de género o la destrucción de la familia. Un sinfín de aberraciones que solo buscan corromper nuestras almas y condenarnos al infierno.

Y es por todo ello por lo que hemos estado aquí 500 tardes. Con frío, calor, con lluvia o a 40 grados. Todos los días. Sin excepción. No por luchas banales, sino por la mayor de las batallas: la del bien contra el mal. La guerra espiritual en la que estamos inmersos y que sabemos que va mucho más allá de un gobierno o de un partido político.

En esta contienda, la Virgen nos dio una misión a todos los católicos; rezar el Santo Rosario todos los días. Un arma, la más eficaz contra los demonios, que, por cierto, se la entregó al español Santo Domingo de Guzmán.

Todos nosotros hemos escogido la lucha más importante, aquella por la que merece la pena dar nuestra vida y nuestros esfuerzos, pero también la más incomprendida. Hemos emprendido una revuelta quijotesca contra molinos de viento. Siguiendo a Unamuno estamos intentando la santa cruzada de rescatar a sepulcro del Caballero de la Locura del poder de los hidalgos de la razón.

Nos quieren muy callados. Que vivamos nuestra Fe pero desde el más oscuro silenciamiento e intimidad. Pretenden que nos avergoncemos de Cristo y que vivamos como si Dios no existiera. Pero olvidan que la Fe tiene que ser pública. Precisamente porque es un don tenemos el deber de compartirlo con los demás. Y en todo esto, los laicos tenemos un papel irrenunciable.

Por suerte, el diablo, a pesar de sus multas, desprecios, insultos y toda clase de tretas no ha conseguido amordazarnos. No ha logrado que nos escondiéramos ni que dejáramos de rezar en este atrio. Porque obedecemos a Dios antes que a los hombres y no tenemos miedo a nada ni a nadie. Contra la tiranía solo cabe el derecho de resistencia. Que tengan claro que solo servimos a Cristo Rey e intentamos tener como modelos a los miles de santos y mártires que dieron su vida en defensa de la Fe y por no plegarse a los deseos de los poderes o a las tentaciones mundanas.

Todo esto lo habéis conseguido sin medios de comunicación y sin ninguna clase de publicidad. Aquí no veréis a periodistas ni cámaras de televisión. No les interesa que la gente sepa que en una esquina de un Santuario de Madrid un grupo de católicos se reúne cada tarde para rezar por nuestra patria. Ni siquiera en el día 500. No nos dan voz. Nadie. Pero nos debe dar igual. Con solo un megáfono y dos teléfonos móvil para YouTube e Instagram se ha conseguido que varios miles de personas recen unidas el Rosario. A contracorriente, con la crítica de todos y algunas con bala amiga. Pero Ella está con nosotros. La Virgen nos ayuda y solamente esto explica que sigamos aquí después de tanto tiempo.

Los frutos han sido inmensos. Muchos no los puedo contar y otros están a simple vista. Ha habido más de una decena, que yo sepa, de conversiones, varias bodas, bautizos y personas que, próximamente, van a dar el paso para recibir el sacramento de la Confirmación. Os prometí el domingo que tenía que contaros algo. Lo prometido es deuda y no hay mejor dia para contarlo que el de la Anunciación. El sábado por la noche, una mujer, Laura, me contó que cuando iniciamos los rezos públicos ella empezó a rezar el Rosario. Nunca antes lo había hecho. En aquel momento tenía 52 años y por ciertos motivos pidió a la Virgen quedarse embarazada. Pues bien, el próximo mes de junio, Dios mediante, tendrá su hijo con 53 años.

Nada es imposible si confiamos en nuestra Madre del Cielo. Absolutamente nada. Únicamente hay que tener Fe. Y precisamente esto es lo que nos quieren arrebatar: nuestro mayor tesoro.

Frente a esto, necesitamos a una Iglesia despierta, valiente y que entienda que su lugar no está en plegarse a las órdenes de unos tiranos que pretenden tirar cruces o mandan desterrar a aquellos religiosos que les resultan incómodos. Ese acto de cobardía solo nos puede llevar a la autodestrucción y alimenta a un Minotauro que no parará hasta ver todo templo cerrado y cristiano perseguido.. San Pablo nos marcó el camino: “Nuestra lucha no es contra sangre y carne, sino contra los principados, contra las potestades, contra los dominadores de este mundo tenebroso, contra los espíritus del mal en las alturas”.

Ya termino. Cristo y la Virgen nos han llamado a tomar cada uno nuestra propia cruz y empuñar el Santo Rosario hasta la victoria final. No podemos ser simples espectadores que miran indiferentes ante la degeneración del mundo. Nuestra vida aquí, que no es otra cosa que una peregrinación hacia nuestra Patria Celestial, debe ser de lucha militante por el Bien, la Verdad y la Belleza.


Hasta el último aliento. Hasta el día que Dios nos llame a su seno y podamos decirle que, con nuestros pecados, hemos hecho todo lo posible para mantenernos firmes en su mensaje. No tengáis miedo, que la victoria es ya nuestra. Y el demonio, que lo sabe, lo único que busca es condenar más almas al infierno.


Sigamos adelante sin dar un solo paso atrás.
¡Por Cristo y por María! ¡Por la Fe y por España! Sin miedo a nada ni a nadie. Christus Vincit, Christus regnat. Christus Imperat.

El Rosario de Ferraz no es político.

J. Andrés Calderón: «Jamás habría renunciado a todo para hacer el imbécil».

Reproducción del texto íntegro:

Ayer. antes del Rosario, me encontré una sorpresa. Eran las 19:15 y me comentaron: “Ha venido al Rosario unos periodistas. Vienen de TVE”. Rápidamente me fui a hablar con los dos periodistas para preguntarles que hacían allí. Me dijeron que estaban haciendo un reportaje sobre la opinión de los jóvenes en torno al franquismo, al cumplirse 50 años de la muerte de Franco. Formaba parte de la política del Gobierno que, tras el aniversario por el medio siglo de la muerte del General, querían abordar esta cuestión.

Me sorprendió mucho que vinieran y les pregunté que por qué aquí y me dijeron que un hombre (me dijo su nombre y apellidos) les había citado aquí porque en estas escaleras rezaban el Rosario jóvenes franquistas.

Tras esto y comenzar nosotros el Rosario, las cámaras empezaron a grabar. Tuvieron un primer plano de todos nosotros y grabaron aquellas imágenes y escenas que les servían para conseguir su objetivo: desinformar, manipular y, ya de paso, calumniar.


Lo que voy a decir a algunos no les va a gustar y es posible que me quede solo, pero lo asumo. Estoy bastante enfadado. No entiendo por qué ninguna persona tiene que quedar con la prensa en estas escaleras a la hora del Rosario. Con unos periodistas, además, a los que todos conocemos y que sabemos que únicamente van a buscar mentir y caricaturizar. ¿Por qué se dice a la televisión pública que venga aquí y no se avisa al organizador de este Rosario para saberlo y no encontrarme de repente con esta situación? ¿No sabéis que su única objetivo es hacer daño, buscar tontos útiles y que únicamente sirven a su amo?


Lo he dicho mil veces, pero volveré a hacerlo una vez más. Este no es un Rosario político. No lo es. No, no, no y mil veces no. Nosotros no rezamos en la sede del PSOE. Rezamos en el Santuario del Inmaculado Corazón de María. Oramos en la casa de María en cuyo interior se encuentra la Cruz en la que se le apareció la Virgen al Padre Claret para decirle que la salvación de España está cifrada en el rezo del Santo Rosario. No rezamos para pedir que nuestra Madre del Cielo expulse a Pedro Sánchez del Gobierno y ni mucho menos deseamos su muerte. Rezamos por algo mucho más grande e importante: lo hacemos para pedir por la conversión de los españoles y en defensa de la Fe católica. Con un pleno convencimiento de que en estos tiempos actuales de ateísmo y ataque militante al catolicismo, es necesario recuperar el espíritu de los primeros apóstoles que dedicaron su vida a hacer una profesión pública de la Fe.

Es más, voy a ir más allá y voy a hacer por primera vez un análisis político. Personalmente me da igual Pedro Sánchez. ¿De qué vale echarle si en su lugar va a llegar un gallego cuyas posiciones en torno al aborto, la eutanasia, la ideología de género son exactamente igual”? Pedro Sánchez es el síntoma, pero la enfermedad es mucho más grave y viene de atrás. Viene de cierta Iglesia que ha claudicado de su misión de ser un contramundo en el mundo, de ser la Luz del Mundo y la Sal de la Tierra; y la de un sistema político que, bajo la voluntad de poder, ha destruido la virtud y la verdad. Su lugar lo han ocupado el relativismo y el nihilismo. O, dicho de otra forma, de unas oligarquías que han olvidado que todo poder proviene de Dios.

El problema es mucho más profundo que un político o un partido político. Lo que está erosionando a nuestra nación es un sistema que ha renegado de las raíces mas profundas y vivas sobre las que se sustenta España. Entre ellas, y la más importante, es la Fe católica.

El Rosario de Ferraz ha sido una iniciativa muy difícil. Ha tenido y está teniendo un alto coste personal para muchos. Y no es justo que algunos la utilicen para su propio provecho. Para unos fines muy distintos por los que se reza aquí que, insisto, que no es otro que rezar a María para que proteja a nuestra nación y para que nos dé fuerzas en esta batalla espiritual que estamos librando.

El Rosario ha sido duramente criticado por el Gobierno y por buena parte de la sociedad civil. También, y esto lo digo con dolor, por alguna parte de nuestros hermanos que han comprado el relato que los primeros han ofrecido como arma arrojadiza. Y ayer TVE encontró munición para todos aquellos que no quieren que estemos aquí y que buscan destruirnos. Cuando emita la televisión pública ese reportaje se alegrarán muchos aquellas personas que van a las radios para criticarnos o los que nos han multado y prohibido rezar aquí. Han encontrado las imágenes que buscaban. El mal está sonriendo.

Permitidme que os haga una reflexión personal. Llevo en estas escaleras casi 500 días seguidos. En los que únicamente he faltado tres veces, por razones de fuerza mayor. He renunciado a muchísimas cosas. En primer lugar, antes de rezar el Rosario me encontraba opositando para ser inspector de policía. Ese era mi objetivo y tuve que dejarlo de lado. Durante todo este año y medio he renunciado a muchísimas cosas, he perdido infinidad de amigos. He estado, por ejemplo, todo un verano sin salir de Madrid. He renunciado a infinidad de planes porque todas las tardes tengo una cita en estas escaleras. Con mis 26 años lo que alguien racional haría sería potenciar su carrera profesional y sobre todo intentar buscar a su futura esposa, porque esa es mi vocación.

Pero en su lugar, he estado aquí. A pesar de todo esto, de las multas o de saber que estoy en la lista negra de la brigada de información de la Policía Nacional. Cualquiera que ponga mi nombre por internet únicamente verá informaciones negativas.

Y si he asumido ese coste no ha sido para hacer el imbécil, sino para seguir el mensaje de la Virgen. Para iniciar una iniciativa apostólica tan bonita que ha convertido a decenas de personas, ha gestado 3 bodas y traído a este Santuario personas de todas las partes del mundo.

Yo no he sido el único que ha dejado de lado cosas importantes. Otros dejan muchos días solos a sus familiares mayores en casa, aunque se les parte el alma y otros han abandonado sus proyectos artísticos por rezar cada tarde a la Virgen.

A estas escaleras, al rosario vienen católicos. Únicamente católicos a los que no se les pide ningún carnet ni preguntamos por su filación ideológica. Porque nos da igual. Únicamente queremos que vengan cristianos que busquen el consuelo de María o que sepan del inmenso poder que tiene la oración. Acuden cada tarde personas que votan a diversos partidos o que deciden por la abstención. Hay liberales, conservadores, falangistas, carlistas o simplemente católicos. Y todo eso nos da igual, porque el Rosario del Inmaculado Corazón es otra cosa.

El Rosario de Ferraz no es un circo. Tampoco es un mitin político. Es una reunión de católicos que aman la Madre de Cristo y que sabemos que España es Tierra de María. Nuestro estandarte es la Inmaculada, la Patrona de España y nuestra bandera es la del Sagrado Corazón de Jesús. Una bandera que une a todos, desde los que llevan boina roja los que simpatizan Jose Antonio o los que son conservadores.

No me importa el haber destruido materialmente mi vida por obedecer a Dios antes que a los hombres. No me importaría que me llevaran a la cárcel o que incluso algún pobre desgraciado me matara por ser el organizador de este Rosario. Os prometo que no. Pero solo por esto. Porque si algo merece un sacrificio es esta lucha que tanto nos está costando a hacer, con la crítica de todos y el apoyo de casi nadie

Sin entrar en detalles, desde hace un mes se me abrió una puerta para hacer algo que desde que empecé mis dos carreras en la universidad siempre soñé hacer y de las que disfruto como un niño, aunque me quite muchísimo tiempo y venir al Rosario se haya convertido en un milagro. Lamentablemente después de que TVE emita su programa, esa puerta la tendré ya cerrada Esto no es nada justo y el que llamó a estos manipuladores que solo sirven a quien sabeis no es consciente del inmenso daño que me ha hecho. Más cuando siempre he defendido que este Rosario es una iniciativa estrictamente apostólica.

No obstante, aquí seguiré con todo aquel que quiera acompañarme. Por Dios, por España. Por Cristo y María.