“Una de las grandes críticas que todavía siguen diciendo sobre el Rosario es que estamos rezando para pedir a la Virgen que obre un milagro y expulse a Pedro Sánchez del Gobierno. Siento decirles que nuestro objetivo es mucho más ambicioso. Desde estas escaleras rezamos para pedir a nuestra Madre del Cielo que los españoles se conviertan y abracen la Cruz de Cristo. Es el único camino de Salvación y felicidad. Si esto se consiguiera, el resto daría igual. El verdadero y genuino cambio vendría solo si los españoles volvieran a tener presente a Dios.

Algunos me llevan preguntando varios días: ¿y después de los 100 días qué? ¿Se acabó? Quizá mi cuerpo me lo agradecería. Pero después de este día 100 vendrá el 101. Y después del 101, el 102. No vamos abandonar estas escaleras. Ya sé que algunos estarían muy contentos, pero no. Nos iremos cuando Dios quiera y no cuando nadie nos lo diga”.